ORIGEN
Se cree que fue la primera religión
ética monoteísta. El profeta y fundador de esta religión fue Zaratustra
(conocido en el mundo angloparlante como Zoroastro) y vivió entre el 2000 a.C.
y el 1200 a.C., aunque algunos especialistas lo sitúan en una época posterior.
Vivió en algún lugar en el norte de Asia Central, probablemente al noreste del
Mar Caspio. Tuvo muchas revelaciones a lo largo de su vida, las cuales comenzaron
cuando tenía 30 años. En esa ocasión, cuando se bañaba en un río fue llevado
por una luz y vio con sus propios ojos a Ahura Mazda (el maestro sabio o el
señor de la sabiduría) quien le reveló la forma correcta en que un ser humano
debe comportarse; enseñanzas que luego fueron plasmadas en el Avesta, el libro
sagrado del mazdeísmo. Es importante señalar que el Avesta que conocemos en la
actualidad es una versión incompleta del original, que se transmitía de manera
oral.
CREENCIAS
Un elemento central de esta religión es
la idea de verdad, además los creyentes
deben tener buenos pensamientos, decir buenas palabras y hacer buenas acciones.
Zaratustra pretendía remplazar a los muchos dioses a los que se rendía culto en
esta región por la creencia en un sólo Dios. En sus enseñanzas, consideraba a
todos los seres humanos como iguales (idea bastante innovadora para ese tiempo)
sin importar su condición social.
Buena parte de las enseñanzas del
Mazdeísmo existían ya en el Rig-Veda, uno de los libros sagrados del hinduismo.
Ambos idiomas, el avéstico y el sánscrito de los habitantes del norte de la
India, provenían de la lengua de los arios, una serie de pueblos que emigraron
desde Asia Central o el norte del Cáucaso. Los seres que los hindúes
consideraban como devas (dioses) fueron reducidos por Zaratustra al rango de daevas
(demonios). Eliminó prácticamente a todos los dioses del panteón hindú excepto
dos, Varuna y Mithra, de los cuales tomo sus mejores cualidades y funciones para
integrarlas en la personalidad de Ahura Mazda. Varuna era el dios creador, el
rey de los dioses, mientras que Mithra
era el garante de las promesas y los contratos además de dios de la amistad. Ahura
Mazda es la representación misma de la sabiduría y los mazdeístas creen que
puede encontrarse en cualquier parte. Además de Ahura Mazda existen otras seis
voluntades que pueden entenderse también como aspectos de la divinidad suprema.
Cada uno de estas entidades tiene una manifestación física:
- Kshathra
Vairya representa el buen gobierno y su símbolo es el cielo que cuida a la
tierra.
- Spenta
Airmaiti es la piedad benevolente y se identifica con la tierra.
- Haurvatat
es la perfección simbolizada por el agua.
- Ameretat
es la inmortalidad y su manifestación terrenal es la vida vegetal.
- Vohu
Manah es de los más importantes puesto que representa los buenos pensamientos y
los animales que sirven a la humanidad son su símbolo.
- Asha
Vahishta, la suprema verdad que encuentra su forma en el fuego, uno de los
símbolos más importantes de esta religión.
Ahura Mazda, también llamado Spenishta
Mainyu o Spenta Mainyu (el espíritu más sagrado), es representado en el mundo
material por el hombre. Esta deidad suprema creó al universo para contener al
espíritu malvado (Angra Mainyu) y finalmente derrotarlo, por lo que el mundo de
la creación tiene un propósito. Sin embargo, esta no es una religión dualista,
Ahura Mazda es el dios que combate a la voluntad de negatividad pura. En la
tierra, la humanidad también se enfrenta con el espíritu y destructor al buscar
la verdad para seguir el camino correcto y vencer al mal.
La gran aportación de Zaratustra al
desarrollo ulterior de los sistemas religiosos que evolucionaron en Medio
Oriente fue la idea de un plan ético-escatológico, o sea un proceso histórico
que termina con un juicio que se define en los términos de nuestra propia
elección, ya que uno crea su propio destino tomando decisiones a favor del bien
(Ahura Mazda) o del mal (Angra Mainyu).
RITUALES
El culto a Ahura Mazda está basado en
el fuego. No obstante este ritual ígneo no fue inventado por Zarathustra; era
ya muy antiguo en el norte de Asia Central cuando este comenzó a recibir la
revelación. La innovación radica en que el Mazdeísmo considera al fuego como un
símbolo de la verdad. En los templos del fuego los creyentes orientan sus rezos
hacia el fuego dedicándoselos a alguno de los seis aspectos de Ahura Mazda. El
fuego que se mantiene en los templos no debe ser contaminado de ningún modo,
por lo que los sacerdotes encargados de cuidarlo usan máscaras para taparse la
boca y la nariz y así evitar cualquier polución. Existen algunos templos en
Irán donde el fuego se ha mantenido encendido ininterrumpidamente por 2,500
años.
En el pensamiento mazdeísta el cuerpo
de un ser humano es sagrado mientras está vivo. Cuando una persona muere y
pasan los tres días que ellos creen que tarda el alma en abandonar el cuerpo,
este es considerado una cáscara que ya no posee ninguna utilidad. El alma de un
ser humano enfrenta un juicio por sus acciones al tratar de cruzar un puente
que lo lleva al paraíso: si ha vivido correctamente, diciendo la verdad y
pensando, hablando y actuando de buena manera el puente es amplio y la persona
puede cruzar fácilmente. Si la persona se había desviado del camino correcto el
puente que debía cruzar era tan estrecho que se rompería y dicha persona caería
al abismo.
Puesto que el fuego es considerado
sagrado por los creyentes no pueden emular el ritual hindú de incinerar a los
cadáveres, por lo que colocan a los cadáveres en torres o en la cima de montes
para ser devorados por aves de presa.
INFLUENCIA DEL MAZDEÍSMO EN LAS
RELIGIONES DE MEDIO ORIENTE
Debido a que los judíos, que estuvieron
cautivos en Babilonia durante 60 años, fueron liberados por el rey aqueménida
Ciro el Grande, se ha especulado mucho sobre la influencia que la religión
mazdeísta tuvo en la mente de los hebreos. Los textos elaborados por los
profetas judíos después del periodo de cautiverio tienen muchas similitudes con
las ideas de la religión fundada por Zaratustra, por ejemplo, el énfasis puesto
en los conceptos de cielo e infierno, juicio, escatología, vida futura, el
salvador o mesías; esta última idea tuvo capital importancia en el desarrollo
del pensamiento cristiano.
El Islam, cuyos ejércitos conquistaron
el imperio sasánida (tercer imperio persa después de los Aqueménidas y los Partos),
tuvo un desarrollo muy particular en la meseta de Irán, Mesopotamia y la ribera
occidental del Golfo Pérsico, ya que en esta zona de clara influencia
geopolítica persa se desarrolló el shiísmo duodecimano, rama del Islam que
otorga gran importancia a la idea del Mahdi (salvador), el doceavo imám que
vendrá al final de los tiempos a ayudar a Allah a restablecer la justicia y la paz
en la tierra.