31 ene 2013

Elegir un Presidente: La Suerte de Chirac y la Paradoja de Condorcet

Jacques Chirac

El sistema de elección presidencial en Francia nos ofrece un buen ejemplo de hasta qué punto los diseños institucionales pueden influir en los resultados. Como los franceses pudieron experimentar en el año 2002, la manera de elegir un Presidente puede ser decisiva a la hora de determinar qué Presidente saldrá elegido. Este ejemplo ilustra cómo las instituciones (en este caso, las reglas del juego electoral) no son neutrales.

La elección presidencial en Francia se lleva a cabo mediante un sistema mayoritario a dos vueltas en una circunscripción única (es decir, que cubre todo el país), de tal manera que, si nadie gana por mayoría absoluta la primera vuelta, se convoca una segunda vuelta en la que sólo participarán los dos candidatos más votados en la primera vuelta. Este sistema, combinado con la extrema facilidad que la ley francesa otorga a cualquier persona o grupo para presentar un candidato a la Presidencia, tiende a producir una proliferación de candidaturas de protesta o marginales que carecen de posibilidad alguna de pasar a la segunda vuelta. El resultado es una enorme dispersión del voto en múltiples candidaturas.


Veamos qué ocurrió en la práctica. El 22 de mayo de 2002 se celebraron elecciones presidenciales en Francia. Un desacreditado Jacques Chirac (derecha-gaullista) se presentaba a la reelección.Con múltiples escándalos de corrupción a sus espaldas, sus posibilidades frente a un Lionel Jospin (socialista) que disfrutaba de una elevada popularidad tras su paso por la Presidencia del Gobierno francés eran escasas. Por tanto, Jospin partía como claro favorito. Sin embargo, en el recuento efectuado la noche del 22 de mayo saltó la sorpresa: el espectacular aumento del voto al partido trotskista de Arlette Laguiller, junto con la división de la izquierda en múltiples candidaturas, dejó en la cuneta a Jospin, llevando a Francia a una segunda vuelta entre Chirac (centro-derecha) y Le Pen (extrema-derecha). Ante la posibilidad de que ganara Le Pen, poniendo en entredicho la credibilidad internacional y democrática de Francia, todos los partidos políticos, incluido el socialista , pidieron el voto para Chirac. El resultado es que Chirac (centro-derecha) salió elegido dos semanas más tarde, el 5 de mayo, con el 82,21% de los votos, frente al 17,79% de los obtenidos por Le Pen. Como consecuencia, Lionel Jospin tuvo que abandonar la Presidencia del Gobierno y la jefatura del Partido Socialista Francés, truncando así una carrera presidencial que parecía asegurada.

Michel Sodaro, Política y Ciencia Política. Una Introducción, McGraw-Hill, Madrid, 2006, pp. 67-69

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