31 ene 2013

Frases

"Si quieres despertar a toda la humanidad, despiértate a ti completamente. Si quieres eliminar el sufrimiento en el mundo, elimina en ti todo lo que es oscuro y negativo. En verdad, el mayor regalo que puedes dar es el de tu propia transformación".
Lao Tsé 

“Existen tres caminos que llevan a la sabiduría: La imitación, el más sencillo; la reflexión, el más noble; y la experiencia, el más amargo”. 
Confucio

“La verdadera libertad consiste en el dominio absoluto de sí mismo”. 
Montaigne

“El cuerpo no es un obstáculo en el camino del alma; es un instrumento para ser usado durante ese viaje”.
Rumi

“El hombre vale por lo que sirve, no por lo que sabe y menos por lo que tiene”.
Manuel Velasco Suárez


“Si un hombre no altera sus opiniones acerca de la vida y el arte es porque está dedicado a su propia vanidad antes que a la verdad”.
Belinski

"Sé tu propio faro, no busques otro refugio más que tú mismo, deja que la verdad sea tu luz".
Buddha


"En el ámbito del espíritu, busca la claridad; en el mundo material, busca la utilidad".
Leibniz

"No he encontrado entre mis pertenencias cosa alguna que considere más valiosa o estime tanto como el conocimiento de las acciones de los grandes hombres". 
Maquiavelo

Religión, Democracia y La Nueva Turquía

Mezquita Azul o del Sultán Ahmed
Entrevista realizada por Krista Tippett al periodista y analista político turco Mustafa Akyol para el programa de radio On Being en la emisión del 12 de julio de 2012.


Al llegar a su fin varias tiranías en el mundo árabe, la gente en esa región está buscando inspiración y miran hacia Turquía, una democracia cuya población es 98% musulmana. Turquía se vuelve más fascinante e importante cada día. Posee una economía en crecimiento, une Europa y Asia y tiene fronteras con Grecia, Irán y Siria. Los diseñadores de la Nueva Turquía, como es llamada a veces, están basándose en ideas que encuentran en el pasado de Turquía como centro del Imperio Otomano, el cual duró 600 años hasta el siglo XX y tuvo grandes poblaciones de cristianos y judíos, así como súbditos musulmanes, pero cuando el Imperio colapsó al finalizar la Primera Guerra Mundial, Mustafá Kemal conocido como Ataturk creó el Estado-nación turco siguiendo un riguroso modelo laico.

K. T. – Quisiera empezar con el hecho de que lo que ahora llamamos Medio Oriente fue parte del Imperio Otomano, lo que es importante todavía pero de una forma nueva.

M. A. – Por Supuesto. Lo que conocemos hoy en día como Medio Oriente fue el Imperio Otomano hasta el siglo XX y como turco no lo digo solamente en un sentido de orgullo o de identidad nacionalista, lo digo también como base histórica para reformar la democracia y transformar esta región. Algo que es poco conocido sobre el Imperio Otomano en esta parte del mundo o en Occidente es que tuvo un periodo de modernización muy largo e interesante. Cuando el Imperio colapsó no era una monarquía medieval donde el sultán gobernaba de manera absoluta; se había convertido en una monarquía constitucional con un parlamento electo, había miembros judíos y cristianos en el parlamento, se aprobaron leyes otorgaban más derechos a las mujeres, los judíos y cristianos del Imperio eran ciudadanos iguales, lo cual no es el caso en algunos países del Medio Oriente, y la élite otomana, políticos e intelectuales habían discutido ya estos asuntos, por ejemplo, la síntesis entre Islam y democracia, que está siendo debatida de nuevo a comienzos del siglo XXI, fue discutida por académicos otomanos y fue el intelectual otomano Namik Kemal quien dijo que la democracia corresponde a la idea musulmana de consulta (shura) y el principio occidental de libertad proviene de la idea de derechos individuales, emanados de las raíces mismas de la religión islámica.

K. T. – Así es. Se ha hablado mucho sobre cómo el gran énfasis que el Islam pone en la responsabilidad individual es compatible con el ideal democrático.

M. A. – Absolutamente. Pienso que si no tienes bases fuertes de liberalismo político tu democracia tendrá problemas. Actualmente en el Medio Oriente hay un proceso de democratización pero también son evidentes las diferencias entre una democracia liberal y una no liberal en la que las garantías individuales no están aseguradas, e incluso Turquía sigue luchando por esas respuestas y estoy seguro que esos problemas existen también en Túnez y en Egipto especialmente en estos días. El esfuerzo otomano de modernización que tuvo lugar a finales del siglo XIX llamado Tanzimat, el periodo de reorganización, en el cual el Califato Islámico, la autoridad institucional islámica más importante del mundo trató realmente de incorporar sistemas e ideas que consideraríamos occidentales y estas son ideas occidentales liberales, porque desde Occidente también han llegado malas ideas a esta parte del mundo como el fascismo, la idea de un Estado unipartidista como el que domina Siria por ejemplo. Así que no todo lo que vino de Occidente fue bueno, pero pienso que la democracia liberal es la mejor faceta del modernismo occidental y los otomanos trataron de incorporarlo a finales del siglo XIX y principios del XX y creo que esa lucha es muy importante porque demuestra que la democracia tiene algunas raíces locales en esta parte del mundo.

K. T. – Así que la Turquía moderna nació después de la Primera Guerra Mundial con la revolución secular de Mustafá Kemal. Tú naciste en ese mundo. Tengo curiosidad sobre Ataturk porque he estado aquí sólo un par de días y él sigue siendo una figura muy importante.

M. A. – ¡Ah! El culto a la personalidad…


K. T. – Sí, ¿qué piensas sobre Ataturk y la identidad turca que en ese tiempo era secular?

M. A. – Excelente pregunta. Antes que nada debo decir que el secularismo está un poco sobrevalorado, porque el secularismo o laicismo en el sentido de eliminar la religión de la vida política, especialmente en la manera francesa, no es una garantía para la democracia o el liberalismo. Tenemos muchos tiranos laicos en esta parte del mundo. Incluso si comparas al Imperio Otomano en sus últimos años con la Turquía republicana podrás darte cuenta que los cristianos del Imperio Otomano eran más libres que los de la Turquía republicana que era una república laica. Esto debido a que con el secularismo también llegó el nacionalismo que era una fuerza mucho menos tolerante que la idea clásica islámica de la “gente del libro” como se les llamaba a los cristianos y judíos. Yo creo en principio en el Estado laico, creo que es una buena idea tener un Estado que no sea definido por la religión, pero si ese Estado se define por otras filosofías aparte de la religión, como el marxismo como vimos durante la Guerra Fría o el fascismo, entonces ése puede ser un caso peor.

K. T. – Señalaste que el secularismo tal como fue adoptado por el gobierno turco está basado en la idea francesa de liberarse de la religión y no en la idea norteamericana de la separación de la Iglesia y el Estado en la que la religión es libre.

M. A. – Totalmente. Creo que una de las mayores tragedias del mundo musulmán en el siglo XX, en el Medio Oriente islámico, es que nunca experimentó un una república liberal como funciona en Estados Unidos. Las llamadas “modernas repúblicas laicas” en esta parte del mundo fueron siempre Estados de un sólo partido como el sistema kemalista en Turquía o el de Nasser y Mubarak en Egipto o el de Ben Alí en Túnez, por lo que los radicales islamistas que combatían a estos regímenes autoritarios rápidamente se convirtieron en la alternativa. Así que el Medio Oriente estaba atrapado entre autoritarios laicos y autoritarios islamistas. Un sistema político pluralista, lo que llamamos democracia liberal era difícil de lograr. Ahora me alegra ver que con la Primavera Árabe vemos por primera vez no el repentino surgimiento de la democracia liberal, pero los primeros atisbos de lo que será la era liberal en el mundo islámico. En Turquía no somos afortunados por haber tenido un Estado laico de un solo partido, los árabes tuvieron eso también, somos afortunados porque tuvimos nuestras primeras elecciones libres y justas en 1950 y desde entonces Turquía es una democracia funcional con muchas fallas, con golpes militares, pero con leyes liberales y libertad de expresión por lo que tuvimos más oportunidades de experimentar con un sistema democrático multipartidista.

K. T. – Mucho de lo que se ha hablado de Turquía en los últimos 10 años giran en torno a que si va a entrar o no a la Unión Europea, y ahora estamos en un momento en el que pertenecer a la UE ya no es necesariamente una situación envidiable. El mundo alrededor de Turquía, que posee una extraordinaria posición en el mapa, está cambiando y quién sabe qué pasara en el corto plazo en Egipto o en Túnez, pero están transformándose y Turquía está en medio de toda esta transformación y creo que la Unión Europea está cambiando también. Así que es una época muy interesante para ser turco.

M. A. – Lo es, de hecho creo que estoy más orgulloso de Turquía de lo que jamás he estado. No me enorgullezco de todo lo que actualmente hay en Turquía. Tenemos todavía muchos problemas cuando se trata de libertad de expresión, todavía no hemos resuelto el problema de las minorías y nuestra democracia es muy imperfecta. No soy una de esas personas que dicen que ha habido un milagro y que todo es perfecto, pero ha habido reformas importantes y el hecho de que estas reformas fueran encabezadas en parte por personas con una mentalidad de compromiso con el Islam es un buen ejemplo, es un buen mensaje. Estamos ahora en una coyuntura crítica durante el gobierno de Erdogan. Creo que en el siglo XXI Turquía finalmente ha despertado, creo que en este momento Turquía está en paz con su historia e identidad durante el Imperio Otomano; esto no significa que vamos a establecer un imperio o que Turquía está volteando hacia el este en vez del oeste de manera definitiva pero Turquía se está abriendo y trata de restablecer los vínculos que poseía con las demás naciones de esta parte del mundo. Y la identidad musulmana en Turquía que había sido suprimida ahora es más orgullosa, más visible, tal vez dominante. Y si nuestro país puede enmarcar este cambio dentro de un sistema democrático y protegiendo los derechos de los ciudadanos laicos y los no musulmanes sería un gran logro, porque no podemos vivir en un mundo que esté dividido entre Este y Oeste; necesitamos países que sean blancos, grises y negros al mismo tiempo, necesitamos democracias con su propias particularidades culturales. Si Turquía va a ser un ejemplo de democracia islámica no lo hubiera podido ser con un montón de militares dirigiendo el gobierno y suprimiendo a los devotos; Turquía será un ejemplo de democracia islámica cuando los devotos musulmanes adopten los valores democráticos y ayuden a hacerlos progresar.

K. T. – Erdogan suena como un político estadounidense, cuando dice: “Cuando estoy en mi casa soy un musulmán, cuando estoy en la oficina trabajo para la democracia”.

En el Corazón de Egipto: Los Coptos

Coptos protegen a musulmanes mientras realizan el salat (oración) durante las
manifestaciones contra el gobierno de Mubarak. Fotografía tomada por
Nevine Zaki
Ciudad egipcia por excelencia, El Cairo ha sido un gran crisol. Una faceta más de esta autoctonía ha sido la concentración en la metrópolis de los coptos, una minoría religiosa que aparece como la quintaesencia del pueblo egipcio. El afincamiento en la capital de los cristianos de Egipto es un ejemplo excepcional de integración de una minoría cuya presencia no afecta en lo más mínimo a la unidad nacional. En realidad, la única explicación de su existencia continuada es esa misma integración. Hoy esta minoría se encuentra estabilizada y, a diferencia de otras minorías cristianas de Oriente Próximo, no parece dispuesta a emprender ninguna emigración masiva que conllevaría su decadencia.


¿Cómo se produjo el asentamiento de los coptos? En la evolución de esta cristiandad egipcia podemos distinguir dos grandes fases históricas, con un claro reflejo en su geografía actual: la primera de retroceso progresivo y acantonamiento, y la segunda de integración y consolidación, acompañada de una nueva difusión. El movimiento de conversión, activo desde los primeros momentos de la ocupación, transformó Egipto en un país de mayoría musulmana en el siglo IX. Acelerado a veces por las persecuciones, sobre todo con los fatimíes y acompañado de una arabización progresiva —que hizo desaparecer el copto como lengua hablada a partir del siglo XIV, relegándolo a la liturgia—, este movimiento redujo la proporción de cristianos al 10% de la población de la época, es decir, ligeramente superior al porcentaje actual. Los coptos sólo formaban un bloque unido en el Alto Egipto, lejos de los centros de islamización de la capital y el valle bajo, donde había reductos muy modestos. La situación cambió repentinamente en la época de los mamelucos. El movimiento de conversión se detuvo, o por lo menos se frenó bastante. Surgieron grupos coptos nuevos, que se propagaron en las ciudades, sobre todo en el Cairo, donde formaron un barrio nuevo al noroeste de la ciudad fatimí. El significado de esta discontinuidad histórica es claro. Expresa la integración de los coptos en la sociedad egipcia, a escala modesta, pero con un estatuto aceptable y un lugar reconocido. Los nuevos dueños de Egipto, los mamelucos, eran una casta militar de origen extranjero, muy aislada de la población local. Para gobernar el país necesitaban apoyarse en sectores que hicieran de mediadores. Loa coptos, una minoría no musulmana que como tal no podía aspirar al poder ni ponerlo en peligro, tenían una instrucción en árabe que los hacía adecuados para ocupar cargos burocráticos. Fueron utilizados masivamente en los puestos subalternos de la administración y promovidos a la condición social de pequeños funcionarios y clérigos, lo que les colocaba en una posición ventajosa. La minoría copta, que ocupaba ya un lugar preciso en la sociedad egipcia –que la hacía necesaria y le garantizaba tolerancia y protección del poder—, se estabilizó definitivamente, en respuesta a una estrategia de integración pluralista. El éxodo rural contemporáneo llevó hasta El Cairo, centro del poder, un número cada vez más elevado de coptos. La inserción de los coptos en la sociedad egipcia, con los albores de la modernización del país, se desarrolló plenamente siguiendo la línea inicial. Muy numerosos entre los funcionarios y empleados de rango intermedio, en 1910 formaban el 45% de los efectivos de la función pública egipcia. Pero como eran cultos e instruidos, enseguida extendieron su actividad a todas las profesiones liberales e intelectuales. Se hicieron juristas, médicos y universitarios. Fieles al alma de Egipto, nunca han participado en su explotación, ni se han puesto al servicio de las empresas extranjeras.


Vemos pues, que los coptos no suponen ninguna amenaza para la unidad de Egipto; hasta llevan su nombre, que es una derivación del nombre griego Aegyptos (en árabe: Kibt). No constituyen ninguna minoría centrífuga, al contrario, no conciben la existencia fuera de este país del que son un substrato. Es lógico, pues, que su participación en el movimiento nacional egipcio durante el dominio británico fuera destacada. Los movimientos populares de origen musulmán integrista que les han hostigado en fechas recientes no pueden alterar esa actitud fundamental. Su vindicación, si es que la expresan, es un lugar en la política y la vida del país conforme a sus actividades y sus capacidades. Sus quejas son las de un grupo que ha evolucionado precozmente, está integrado en la alta función pública y la intelectualidad, y asiste con cierta amargura a la reciente proliferación de élites musulmanas que poco a poco les están suplantando. Las exageraciones ingenuas de su importancia numérica expresan el mismo afán de sobrevalorar su presencia en un país que sienten como algo profundamente suyo. En el oriente árabe, Egipto goza de un privilegio especial: todos sus hijos lo consideran su patria.

Xavier de Planhol, Las naciones del profeta. Manual de geografía política musulmana, Barcelona, Edicions Bellaterra, 1998, pp. 312-316

Elegir un Presidente: La Suerte de Chirac y la Paradoja de Condorcet

Jacques Chirac

El sistema de elección presidencial en Francia nos ofrece un buen ejemplo de hasta qué punto los diseños institucionales pueden influir en los resultados. Como los franceses pudieron experimentar en el año 2002, la manera de elegir un Presidente puede ser decisiva a la hora de determinar qué Presidente saldrá elegido. Este ejemplo ilustra cómo las instituciones (en este caso, las reglas del juego electoral) no son neutrales.

La elección presidencial en Francia se lleva a cabo mediante un sistema mayoritario a dos vueltas en una circunscripción única (es decir, que cubre todo el país), de tal manera que, si nadie gana por mayoría absoluta la primera vuelta, se convoca una segunda vuelta en la que sólo participarán los dos candidatos más votados en la primera vuelta. Este sistema, combinado con la extrema facilidad que la ley francesa otorga a cualquier persona o grupo para presentar un candidato a la Presidencia, tiende a producir una proliferación de candidaturas de protesta o marginales que carecen de posibilidad alguna de pasar a la segunda vuelta. El resultado es una enorme dispersión del voto en múltiples candidaturas.


Veamos qué ocurrió en la práctica. El 22 de mayo de 2002 se celebraron elecciones presidenciales en Francia. Un desacreditado Jacques Chirac (derecha-gaullista) se presentaba a la reelección.Con múltiples escándalos de corrupción a sus espaldas, sus posibilidades frente a un Lionel Jospin (socialista) que disfrutaba de una elevada popularidad tras su paso por la Presidencia del Gobierno francés eran escasas. Por tanto, Jospin partía como claro favorito. Sin embargo, en el recuento efectuado la noche del 22 de mayo saltó la sorpresa: el espectacular aumento del voto al partido trotskista de Arlette Laguiller, junto con la división de la izquierda en múltiples candidaturas, dejó en la cuneta a Jospin, llevando a Francia a una segunda vuelta entre Chirac (centro-derecha) y Le Pen (extrema-derecha). Ante la posibilidad de que ganara Le Pen, poniendo en entredicho la credibilidad internacional y democrática de Francia, todos los partidos políticos, incluido el socialista , pidieron el voto para Chirac. El resultado es que Chirac (centro-derecha) salió elegido dos semanas más tarde, el 5 de mayo, con el 82,21% de los votos, frente al 17,79% de los obtenidos por Le Pen. Como consecuencia, Lionel Jospin tuvo que abandonar la Presidencia del Gobierno y la jefatura del Partido Socialista Francés, truncando así una carrera presidencial que parecía asegurada.

Michel Sodaro, Política y Ciencia Política. Una Introducción, McGraw-Hill, Madrid, 2006, pp. 67-69

24 ene 2013

Palabras en náhuatl

SUSTANTIVOS
aahcolli - hombro                       
acalli - barco
ácatl - carrizo
ámatl - papel
amoxtli - códice, libro
atl - agua
cactli - calzado
calli - casa
chilli - chile
chimalli - escudo
citlalli - estrella
cíhuatl - mujer
conétl - niño
cozticteocuitlatl - oro
cuícatl - canto
icpalli - silla
ihpoctli - vapor
iztateocuítlatl - plata
machiliztli - conocimiento
maitl - mano
mecátl - cuerda
metl - maguey
mextli - luna
miquiztli - muerte
mitl - flecha
necuhtli - miel
nochtli - tuna
octli - camino
ohtli - bebida
oztoc - cueva
pilli - hijo
popochtli - humo
quema - si
tépetl - monte
tepochteca - comerciante
tetl - piedra
tlácatl - hombre
tlacuilo - escriba, pintor, escritor
tlalli - tierra
tlahtolli - palabra
tlahtollotl - Historia
tlaxcalli - tortilla
tletl - fuego
tocaitl - nombre
tonalli - día, calor
tzictli - chicle
tzoncalli - cabellera
tzontli - cabello
xalli - arena
xicalli - jícara
xictli - ombligo
xiquipilli - bolsa, morral
xonocatl - cebolla
yácatl - nariz
yetl - frijol
yólotl - corazón
zampopochtli - espuma
zazanilli - relato, cuento, leyenda
zoquilli - lodo

ANIMALES

acelin - liendre
alotl - guacamaya
ayotl - tortuga
citli - liebre
cólotl - alacrán
cuauhtli - águila
cuetlachtli - lobo
cuixin - lagartoépatl - zorrillo
huilotl - paloma
mázatl - venado
mapachtli - mapache
michin - pescado
miztli - puma
mólotl - gorrión
moyótl - mosquito
océlotl - jaguar
ocuillin - gusano
quimichin - ratón
tecpi - pulga
tluilotl - paloma
tochtli - conejo

ADJETIVOS

aahuiani - alegre
aaqui - enojado
amoetic - ligero
amohueyac - corto
camohtic - morado
canauac - delgado
chicauac - fuerte
chichictic - rojo
chicpauac - limpio
cococ - picante
coyotic - café
coztic - amarillo
cozticteocuitlayo - dorado
cualli - bueno, bondadoso
cuicuiltic - multicolor
etic - pesado
huéhetl - viejo
hueyi - grande
iztac - blanco
iztateocuitlayo - plateado
itztic - frío
nextic - gris
poyec - salado
quetzalli - bonito
tenqui - lleno
textotic - azul
tlacacoca - seguro
tlazalehualli - rosa
tliltic - negro
tomauac - gordo
tzopelic - dulce
uaqui - seco
ueyac - largo
xiuhpaltic - jade
xochipalli - anaranjado
xococ - agrio
xoxoctic - verde
yancuic - nuevo

VERBOS

cochehua - despertar
tzahua - hilar